Las miradas de la vida
Amalia Mª Jiménez, autora de la novela La Escalera (como la vida), ahonda en la fortaleza y en las debilidades humanas, y lo hace con realismo.
El título es significativo como símil de la vida. Una ‘Escalera’ que hay que subir con esfuerzo, con coraje, con optimismo, y afrontando todas las dificultades y pesares. Una escalera que es necesario bajar evitando las caídas, pero si se cae, aprendiendo a levantarse. La vida es compleja y está llena de contradicciones. El ser humano puede actuar con optimismo ante las adversidades o bien caer en el fatalismo y en las frustraciones.
La autora desarrolla los perfiles de los personajes, llevándolos a padecer situaciones extremas como la dependencia emocional en una relación de amor-odio. Mel es un ser neurótico atrapado por la violencia, la cual es consecuencia de su impotencia y carencia afectiva. Y Sinda, actriz triunfadora, cae en sus redes y sufrirá graves consecuencias. Todos los personajes tienen un pasado que les pesa y que deben superar. Paralelamente, Martina y Leopoldo son personajes golpeados por los sinsabores de la vida. Pero el amor sincero que se profesan, les da fortaleza para afrontar juntos las adversidades y sus propias debilidades. Este planteamiento consigue implicar emocionalmente al lector, y le conduce a interrogarse sobre el sentido de la vida; asunto que es muy humano. Pero, como expresa el neurólogo, psiquiatra y filósofo austríaco Viktor Emil Frankl, descubren que “no es el hombre quien debería preguntar y buscar las respuestas sobre la vida, sino que, paradójicamente, es la vida la que le presenta los interrogantes al hombre”.
Como lectores nos veremos reflejados en los personajes y en las circunstancias que viven, y ello nos obligará a subir y bajar con ellos La Escalera. Nos forzará a responder las preguntas y a cuestionar las actitudes humanas, para optar entre fatalismo o libre albedrío. Es decir, nos invita a conocernos y a relacionarnos. Elegir entre aceptar el destino o actuar con libertad y responsabilidad. Como expresa el psicólogo y filósofo Ignacio Martín Baró: “el fatalismo es una forma de ver la vida, que se traduce en conformismo y resignación ante cualquier circunstancia, incluso ante las más negativas. Que acepta la creencia de que el destino es el que impera. La persona asume la vida con una actitud pasiva, rehusando hacer uso de su libertad y responsabilidad frente a su existir”.
En su novelar la autora desarrolla la trama muy acertadamente, dejando abiertas las opiniones que los lectores tengan sobre el tema y los personajes. Porque no es cuestión de personajes buenos o malos, de protagonistas o antagonistas, sino de reflexionar sobre las circunstancias y las desgracias a las que la vida les somete, y que en realidad, les hacen ser como son. Amalia Jiménez nos invita a aprender de la vida.