Impactante novela que se lee de un tirón. Sus capítulos, muy cortos, y cargados de contenido no dan un respiro durante la lectura. La historia está contada en primera persona por una protagonista que perdió la voz después de su tragedia.

Isata, que así se llama, está sola en el mundo, es pequeña, no sabe de dónde llegó al campo de refugiados, tampoco recuerda cómo llegó y qué le pasó antes, no sabe si tiene familia..., a su amiga Dibra la considera su hermana.

Dibra es mayor que ella, mucho más madura, comprende lo que sucede en el campamento, sabe qué pasó a su familia, de donde viene, tiene contacto telefónico con el exterior y hasta sabe inglés. También se acuerda de su colegio, sus clases de piano, su casa, sus amigas, su madre, su hermano y sus tíos, que acabaron separándose cuando la barca se hundió.

Hay otra chica, Nadia, amiga de ambas, pero que pronto deja de interesarse por las propuestas de Dibra; y otros chicos, sobre todo Wole, de piel muy negra, que habla otra lengua y es muy comerciante. Entra y sale del campamento, vende y trueca multitud de cosas y además hace flores con el envase colorista de las latas de refresco. Es su firma, las deja ahí por donde pasa. También hace jaulas para grillos y luciérnagas.

La desaparición de este último hace que la vida monótona del centro de acogida se altere. Dibra sospecha que algo malo le hubo de suceder para que no apareciese con su puesto ambulante y decide investigar qué ha pasado.

Este proceso es el que da pie para que los lectores vayamos tomando nota de la forma de vida, de las diferentes vidas que se hacinan en un espacio cerrado, de los negocios no muy claros que surgen, de las dificultades de algunos niños para sobrevivir en ese lugar controlado por otras personas diferentes a ellos y sin sus problemas, que hacen lo que pueden o creen mejor.

Dibra es una voz de esperanza, Isata es su amiga más fiel. Son las protagonistas destacadas, luego esta Wole, el hermano de este, Samir, el padre de Dibra y algunas buenas personas que se topan en su trato en este país tan distinto al suyo.

Mientras lees esperas que más de un contratiempo altere los deseos de la protagonista, que para su suerte, sale victoriosa de sus empresas, a la par que reflexionas sobre la mala suerte que tuvieron esos niños por nacer en el lugar que lo hicieron. Es un personaje muy fuerte que, a veces, parece que va a romperse, pero se sobrepone a la dura realidad en busca de un lugar donde recuperar su vida anterior a la barbarie de una guerra.

Espero que este canto de esperanza no caiga en saco roto y de su lectura, los jóvenes europeos comprendan a esas otras personas, distintas a nosotros, que arriban a nuestras costas huyendo del dolor y la desesperación con un único deseo, vivir, a ser posible, en paz.

Excelente novela que obtuvo por unanimidad el Premio SM Gran Angular 2022.