“Los iris son unos pequeños animales nocturnos que habitan generalmente en comunidad en las afueras delos pueblos de alta montaña donde los cielos, por la noche, se llenan de vida y son especialmente luminosos.” Ramon Besora: Los iris.

Estos seres mágicos que nos presenta este libro atrapan al lector desde su inicio, primero por ese misterio que los envuelve y esas descripciones que van desvelando su forma y aspecto poco a poco. Ramon Besora dosifica los datos, así los lectores vamos imaginando seres tiernos, suaves, que recuerdan cuadros de Miró, que tiene muchas extremidades y hasta una de repuesto…, en fin, una serie de apuntes que provocan que nuestra imaginación no descanse mientras avanzamos en la lectura.

Y cuando casi ya tenemos su figura en nuestra mente, nos da otro dato que nos cambia las ideas; parece ser que de día son transparentes, salvo cuando la lluvia y el sol se conjugan para que podamos verlos.
Menos mal que a la luz de la luna la cosa cambia, son más comunicativos, intercambia señales luminosas, juegan, ser reúnen, permiten que aprendamos de ellos, pero tenemos que tener cuidado con la luna creciente.
Son unos seres encantadores que sin ser vistos nos cautivan y nos hacen tomarles mucho cariño, a ello ayudan las magníficas ilustraciones de Zuzanna Celej que envuelven cada página de un halo de misterio, ternura e ilusión.

Los tonos tierra, grises y blancos nos transportan a lugares mágicos, ya sean bosques densos, hojas semitransparentes, pétalos de colores apagados o fosforescencias en un claro del campo.

Libros como este desarrollan la imaginación y la capacidad artística.