Si: “Todo en esta vida pasa
porque tiene que pasar”
no perdamos la esperanza,
cambiemos la realidad.
No se ve claro el futuro,
ni es tan bonita la vida,
ni vivimos tan a gusto
con la tierra malherida.
Son estos tiempos difíciles
y aún nos estamos reinventando,
la realidad todavía nos castiga
sin poder regalarnos ni un abrazo.
Un abrazo…
Hasta ayer muy poca cosa,
un regalo muy barato,
pero después de año y medio
se está haciendo necesario.
Veinte meses que llevamos 
de protocolos y máscaras,
nos están dejando huella 
en el rostro y en el alma.
Todos en algún momento
somos como la naturaleza,
la tensión acumulada
hace estallar la tormenta.
Eso le está pasado a la Tierra
cuando se enfada y se enoja
que, después de avisar mil veces
sacó la tarjeta roja.
Y hay puntos en el planeta
que ya están fuera de juego,
aún no es demasiado tarde
pa’ evitar el tiempo muerto,
que cuando el cielo, ya herido
llore por tanta desgracia,
no habrá pañuelo en el mundo
para secar tanta lágrima.
Solo hay que abrir bien los ojos
y ver cómo grita la tierra,
pero hacemos oídos sordos
a tanta desgracia ajena.
¡¡Qué más tenemos que ver
pa’ que tomemos conciencia!!