A qué me suena tu nombre
A mí tu nombre me suena:
a los sombreros de paja,
a las capachas de esparto
y a las viejas alpargatas.
A fajas bien apretás
y a pantalón remangao,
y a música en el lagar
de un fandango bien pisao.
A aquellas prensas antiguas
de contrapesos pesaos,
y a los pozuelos p’al mosto
en el terreno excavaos.
A jarropitos sudando
debajo de la enramá,
y a pesa mostos borrachos
con la nariz colorá.
A mí tu nombre me suena
a tormentas de verano
y al olor en la bodega
de la pajuela humeando.
A cencerrones ocultos
en las cepas retorcidas
y a imposibles filigranas
para aferrarse a la vida.
A vecinos solidarios,
a vivencias compartidas,
a recuerdos y a emociones
que a mí nunca se me olvidan.
Yo cuando cierro los ojos
veo historia y veo cultura
donde otros entendidos
ven solo zumo de uva.
Por eso, alzo mi copa bien alta
para brindar por EL VINO
cuando digo tu nombre
nos suena a todos lo mismo.