A los cuatro vientos
Yo quiero ser escribiendo con mis manos
la que cante y resuma en cuatro versos
las penas y alegrías de aquellos años.
Trabajos que en el campo fueron vida,
hazañas de los viejos olvidadas,
rumores para los jóvenes de hoy en día,
herencias que cada vez son más escasas.
Perdimos poco a poco las raíces,
ya solo quedan historias mal contadas.
No hay extensión más grande que la viña
en la historia que escribiera nuestro pueblo,
ni más sangre que derramen sus heridas.
Temprano desaparecimos los paseros,
temprano los cambiamos por piscinas,
hoy somos para el campo forasteros.
No puede haber perdón sin buen consejo,
lloro por nuestra tierra malherida
y me duele el dolor de nuestros viejos.
Alegrarán los recuerdos de mi infancia
los olores y sabores de la tierra,
pequeñeces que no tienen importancia.
El manto verde y oro de las cepas
y el olor a verano y a bodega
caprichos y perfumes son, de la naturaleza.
Quiero poner en orden mis ideas
y viajar con mi lápiz al pasado
que es el único camino que nos queda.
Vuelvo la vista atrás y disfruto aquellos años
y al volver a esta realidad sedienta
me doy cuenta que solamente estoy soñando.
Cuchillos de cemento y hormigón
atraviesan las viñas y el paisaje
y le han partido sin dolor el corazón.
Nunca olvides el camino, caminante.