Opinión
Mis ‘soft skills’
A mis 58 años van siendo muchos los síntomas que, discretamente, me avisan de que no soy una chiquilla, ni siquiera una joven. No, ya incluso he pasado de ser una mujer madura… Ya soy una mayor.
A mis 58 años van siendo muchos los síntomas que, discretamente, me avisan de que no soy una chiquilla, ni siquiera una joven. No, ya incluso he pasado de ser una mujer madura… Ya soy una mayor.