El mono y el tigre
Estoy llegando a un punto en que me cansa, me satura, me descorazona, tener que discutir con alguien sobre asuntos que deberían estar claros y que no necesitan la menor argumentación, independientemente de que por motivos ideológicos, religiosos, económicos o de cualquier otra índole, no nos guste lo que, de entrada, parece evidente.