Pregón de la IV Quema de Algarrobo
El 24 de septiembre de 1811, en plena Guerra de Independencia, Algarrobo fue condenado a arder por el ejército francés. Un día antes, la partida del guerrillero Pepe Segovia se enfrentó a una columna de soldados mandadas por el capitán Ricard, acabando con 12 de ellos. El comandante Bellangé, que estaba en la Axarquía, llegó con todo su ejército a Algarrobo a vengar la afrenta, al que nunca logró apresar. Terminada la Historia, la leyenda cuenta que el comandante dio un plazo de 24 horas para obtener el perdón del gobernador francés de Málaga. Los algarrobeños eligieron el mejor jinete del pueblo, para que recorriera los 80 kilómetros de ida y vuelta a Málaga, en el que reventó a dos caballos. El jinete llegó con el indulto a pocos minutos de que se cumpliera el plazo y Algarrobo no llegó a arder. Francisco Gálvez representa aquí al alcalde de Cútar en aquel entonces, don Francisco de Paula Muñoz, que se levantó contra los franceses y fue compañero de correrías de Segovia.