El encuentro
En una típica terraza de El Palo me había citado con el arquitecto malagueño Salvador Moreno Peralta, para ponerlo al día del ‘Cervantes veleño’ y escuchara mis barruntos sobre la necesaria, y viable, dinamización de La Villa. Pero, hete aquí, que el siempre imprevisible Moreno se me presentaba con el autor, por antonomasia, de ‘la última’ de Sur, mi viejo amigo Manuel Alcántara. Naturalmente el guion del encuentro se fue a hacer gárgaras. A todas luces merecía la pena posponerlo.
Emparedado entre la sublime ocurrencia de Manolo y la simpatía ilustrada de Salvador, se imponía gozar de la contextual excelencia. Una íntima mesa de buen yantar -donde no podía faltar el legendario ‘Dry Martini’ de Manolo-, en la que, en algún momento, se me vino a la memoria el ‘bocadillo’ que preparó José María Amado para su Litoral dedicado a la caída de la ‘Vía chilena al socialismo’: metiendo mi escrito ‘...y Pablo Neruda’ entre una foto del Nobel y otra del ‘compañero presidente’ Salvador Allende.
Una larga y grata charla inevitablemente evocadora (223 años sumaba la mesa), donde, como era de esperar, se tocaron muchos palos. Desde la patológica timidez de Gerardo Diego a aquellas irrespetuosas campanas de Almáchar, en el Día Comarcal 94, cuando su tañer sorprendía a Manuel presentando a su amigo Fernando Nuño. Y, claro, nos acordamos de aquel ‘bar Guerra’, tan asiduo de poetas y artistas que por Vélez pasaban.
Fue hace un par de días, en el restaurante ‘El Cobertizo’, a un tiro de piedra del paleño arroyo Jabonero donde arranca la comarca veleña de la Axarquía.