Somos orilla mediterránea de Europa. Por tanto, con el mismo urbanismo milenario, síntesis de siglos y culturas: ese afán de amontonamiento crecido desde la cúspide que nos caracteriza (a veces blanco, a veces ocre), como en Vejer, Niza, Positano, Malta o las griegas Cícladas. 

Proceso dinámico el que proponemos, este de La Villa, que, ya metidos de lleno en la globalización & modernización del siglo XXI, no debería darle la espalda -tanto en su estética urbana como en la mentalidad de la gente que lo transita y habita-, a las vanguardias del arte y del saber. En tanto que espacio creador abierto al mundo a dinamizar, que en todo lo alto corona la ciudad de Vélez-Málaga.

Naturalmente, sus características morfológicas de mirador urbano, ahí están. Por lo que uno de sus desafíos más complejos habría de ser (en la mentalidad de sus promotores), preservar a toda costa, en su creativa evolución, la condición de mirador de sus calles y de cada casa.

En suma, apuntes ‘generalistas’ de un veleño enamorado de La Villa e ilusionado con su evidente potencial de futuro, para un proyecto a compartir, discutir, enriquecer y apoyar, por ciudadanos e instituciones. Suerte y al toro.

NOTA: No olvido el aplauso del artista Hernando León a mis ‘viejos barruntos sobre La Villa’ cuando la paseamos, que me animaron a comprometerme de lleno.