Después de casi cuatro década gobernando Andalucía, los ciudadanos han votado que el PSOE abandone el gobierno andaluz y sea reemplazado por el PP de Juanma Moreno apoyado por Ciudadanos y Vox.

Llega ahora un momento de incertidumbre , pero parece que nada va a volver a ser igual que hasta ahora.

No lo van a tener fácil los nuevos gobernantes. Andalucía es de las comunidades españolas más atrasadas y empobrecidas, pese a su indudable riqueza potencial, con lo que tienen ante sí un panorama desolador, cuya revocación va a ser una batalla muy dura.
Echarles toda la responsabilidad a los nuevos para que en cuatro años se haga lo que no se hizo en cuatro décadas, no sólo es injusto, sino que en ese corto tiempo podrán poner las líneas maestras de crecimiento y sostenibilidad, pero no resolver de golpe los miles de problemas que afectan a los andaluces. Habrá que ver también cómo condiciona el apoyo de Vox al nuevo gobierno.

Atrás quedan dos partidos -PSOE y Po­demos- que aún no se explican qué ha po­dido pasar para que la izquierda pier­da el gobierno. Y todo esto sin que ni Ciu­dadanos ni mucho menos Vox tuvieran grandes figuras carismáticas en ayun­tamientos. Da para pensar.