La clase política debe reflexionar

Editorial de Noticias 24

La sentencia por los ERE de Andalucía, así como otros casos de corrupción no menos sonados entre la clase política (Gürtel, Pujol, etc.), pone de manifiesto que hay un determinado espécimen humano que no solo se contenta con vivir de lo público durante años -a veces, toda la vida- sin dar un palo al agua, sino que, además, urde tramas para saquear las arcas que son -o deberían ser- de todos, mientras nos aturden con soflamas sobre lo políticamente correcta que debe ser nuestra sociedad o, directamente, mienten con descaro diciendo una cosa y haciendo otra.

Por descontado, no todos los políticos son así. Afortunadamente, gozamos de políticos con una reputación intachable que han dedicado sus mejores años a luchar por una sociedad mejor, bien a nivel nacional, como a nivel local. Sin embargo, con la sombra de la sospecha extendiéndose cada vez más incluso sobre inocentes, la clase política debe realizar una profunda reflexión sobre el ejemplo que dan a los ciudadanos, atender a lo que se habla en la calle, porque el deterioro de imagen que están sufriendo a pasos agigantados, hace crecer los populismos de izquierda y derecha y los nacionalismos, y nos pone ante el espejo de un país siempre al borde del cíclico conflicto interno.