Cuando los políticos se insultan
Editorial de Noticias 24
El pleno del Ayuntamiento de Vélez-Málaga volvió a vivir, recientemente, otro de sus episodios más grotescos, retrotrayéndonos a otros tiempos que se creían olvidados.
La próxima primavera se celebrarán elecciones municipales, con lo que los partidos comienzan a afilar sus armas, lo que no esperaba nadie a estas alturas es que esas armas incluyeran el insulto al alcalde o el insulto entre concejales.
Si nuestros políticos caen en esos excesos, poco ejemplo pueden dar a unos ciudadanos necesitados de líderes políticos resolutivos que, en el gobierno o en la oposición, sean capaces de formular propuestas válidas para el crecimiento del municipio, así como construir un sólido discurso que aliente a los ciudadanos a creer en ellos.
Pero si el nivel alcanzado tras largos años de democracia es el insulto en la casa de todos los ciudadanos, poco o nada se puede plantear ni discutir más allá del ensordecedor ruido del gallinero político.
Demos, pues, el beneficio del calentón por la proximidad de elecciones, pero exijamos los ciudadanos un nivel intelectual y educativo a quienes dicen representarnos.