La temporada veraniega va tocando a su fin, y se puede decir que, turísticamente, ha sido un éxito absoluto, visto sobre todo con otros ojos tras el parón obligado por las restricciones impuestas para la pandemia.

En general se puede decir que había ganas de disfrutar el verano, y los municipios, sobre todo costeros, han visto cómo aumentaban exponencialmente las visitas, aún más con algunos eventos masivos que incluso llegaron a desbordar todas las previsiones. Es, pues, la confirmación de la cosa axárquica como un destino de primer nivel dentro de la amplia oferta turística existente, lo que debe propiciar un mayor esfuerzo en convertir esta comarca en un lugar preferencial sin cometer los errores históricos de la costa occidental de Málaga que tan a menudo provocan la tentación de imitarlos.

También debería ser importante complementar la oferta de sol y playa con un turismo actividades culturales, históricas, deportivas, etc. que bien pueden facilitarla los municipios del interior, así como ofrecer un catálogo lo suficientemente atractivo para eso que se ha dado a llamar ‘romper la estacionalidad’.