Medidas sensatas

Editorial de Noticias 24

Hay que agradecerle a la Unión Europea, siempre tan denostada, que ponga el punto de sensatez necesario tantas veces para que -en nuestro caso- España no se hunda definitivamente.

Ahora ha dado un toque de atención sobre la incongruencia que resulta que un parisino o un alemán puedan venir a la Axarquía a lo que quieran, pero uno de Nerja no pueda ir a Almuñécar, o uno de Córdoba no pueda venir a la Costa del Sol.

Incluso, rizando el rizo, un malagueño podría ir a Granada si viniera de París, pero no desde Nerja, por ejemplo.

Una cosa es prohibir los eventos multitudinarios como la Semana Santa -aunque no lo hayan hecho con los mítines o las elecciones- por una cuestión de salud debida a la pandemia, y otra muy distinta es rozar el absurdo con medidas variopintas que no solo han dañado a la economía, sino que están agotando la paciencia de los ciudadanos tras un año a todas luces catastrófico que ha culminado con el juego de tronos de las diferentes mociones de censura y las elecciones en Cataluña y Madrid. 

Si queremos comenzar la recuperación, hay que exigir medidas sensatas.