El concejal todopoderoso

Los pactos de gobierno dejaron esta legislatura en Rincón de la Victoria algo tan singular como un cuatripartito, con el fin de quitarle el bastón de mando al Partido Popular, que fue la fuerza más votada. Cuando quedan escasos meses de cumplirse el segundo año de legislatura, nos encontramos algo significativo y todavía más singular.

Lo que el pacto de gobierno ha conseguido es que en dos concejales del Ayuntamiento que son del grupo municipal Ahora Rincón, promovido por Podemos y Equo, que no son la fuerza más votada, ni la segunda, ni la tercera, sino la cuarta, controlen el Ayuntamiento del municipio. Si además añadimos al tercer concejal de Ahora Rincón, con Medio Ambiente, controlan ya las mayores partidas económicas del municipio. Sólo el primer teniente de alcalde, de la formación morada,  tiene el control de la Policía, de Economía y de Hacienda (es decir, los pagos de nóminas y de proveedores). El nuevo concejal de Ahora Rincón controla, por su parte, Contrataciones Públicas, Recursos Humanos (y los convenios colectivos) y los Presupuestos Participativos, lo que relega a sus socios de gobierno y segunda fuerza más votada, el PSOE, a mero escaparate de la galería, cosa que por otra parte es muy conveniente para los que controlan en la sombra, que no se exponen a las miradas de los vecinos en el trabajo de primera línea. Si añadimos al tercer concejal de Ahora Rincón, además consiguen aglutinar el total control económico del Ayuntamiento, ya que en sus manos están las áreas con el mayor presupuesto.

Ha bastado un año y medio en el gobierno del Ayuntamiento para demostrar que no les interesaba tanto el bienestar de los vecinos como el revanchismo político y el control total del Ayuntamiento, ya que no se mueve nada que no apruebe el teniente de alcalde. Tanto ha sido así, que para el pleno de febrero, los socialistas han tenido que eliminar un punto del orden del día relacionado con la investigación de solares que hayan incumplido su obligación de edificar, por no estar de acuerdo la formación morada, quienes se abstuvieron en contra de la disciplina de voto del equipo de gobierno en la comisión informativa sobre Urbanismo.
Si recuerdan las peticiones de ministerios de Podemos durante las negociaciones con Pedro Sánchez, aquí se ha producido algo similar, y el PSOE picó. ¿Por qué Hacienda y no Educación? ¿Por qué Policía y no Vivienda? ¿Por qué Recursos Humanos y no Sanidad o Servicios Sociales?

Todo esto con la ayuda inestimable de los concejales de Izquierda Unida, que, como ocurre a nivel nacional, saben que o se pegan a Podemos o tienden a desaparecer, como le ha pasado al rinconero Alberto Garzón, que ha caído en el ostracismo. Por eso, los de aquí miran a lo suyo y se muestran complacientes con todos, con tal de no perder su puesto. 
Los socialistas viven la situación en una eterna huida hacia delante, altivos pero cautivos de su disciplina de partido y maniatados por una alcaldesa que reina, pero no gobierna, que no se somete a una moción de confianza, y que por mucho que intente demostrar galones y trayectoria política, es ya la sombra de lo que podía haber sido, incapaz de corregir esta situación, y los que están pagando el pato son los vecinos de Rincón de la Victoria.