Metas y versiones mejores
Hacer las cosas que más nos cuestan dicen que es la manera de alcanzar todas nuestras metas. Esa regla sirve para casi todos los ámbitos de la vida.
Por ejemplo, hay quien dice que quiere ponerse en forma, pues si ese es su objetivo real y realmente es algo que quiere desde muy adentro, no le importará o mejor dicho no le impedirá que un día sin muchos ánimos se quede en casa, en lugar de salir a correr. Cuando conseguimos que nuestros objetivos estén alineados con nuestra emoción, será muy difícil que la pereza, las excusas o cualquier contratiempo nos pare. El problema de la mente humana es que no somos capaces de comprometernos por mucho tiempo, es decir, enseguida perdemos el ánimo o se nos olvida la importancia que tiene el alcanzar ese objetivo para nuestras vidas. Está demostrado que por norma general, cuando sucede un evento «duro» en nuestras vidas es cuando aparece esa convicción, es fuerza que se despierta en nosotros como compromiso total que nos ayudará alcanzar nuestras metas : es después de caer a lo mas profundo, cuando realmente nos replanteamos nuestros hábitos, actitudes y analizamos dónde estamos fallando. Es una pena que esa fuerza sólo la busquemos cuando nos van mal las cosas : que sea necesario caer para que seamos capaces de cambiar nuestras actitudes, y que sea necesario caer para que nazca en nosotros el compromiso total necesario para alcanzar nuestros objetivos. El diagnóstico de una enfermedad, una ruptura, una pérdida... son realmente puntos de partida para mejorarnos y descubrirnos a nosotros mismos, de darnos cuenta de nuestro verdadero potencial. Por eso siempre se ha dicho que las crisis son oportunidades, pero no debemos pensar que se refieren a oportunidades de negocios o de ganar dinero fácil, es una oportunidad de crecer y alcanzar versiones mejores de nosotros mismos.