El lector se enfrenta a cinco cuentos con mucha chispa y mucha musicalidad. 

El primer cuento se titula El día en que el rey dio un concierto. Podemos imaginarnos cómo sería ese concierto si la viola da gamba la tocaba una persona que no había tocado nunca ningún instrumento ni sabía de música, pero cualquiera le dice que no a un rey.
Está inspirado en una pieza del músico del siglo XVII, Henry Purcell, titulada Fantasía Upon One Note, Z 745, cuya originalidad está en que uno de los instrumentos toca siempre la misma nota.

La segunda historia, El postre, el chef y la cantante, se inspira en un cocinero, una cantante de ópera y un delicioso postre que creó en honor a ella. Se apoya en el aria Sempre libera de la ópera La Traviata de Giuseppe Verdi cantada por Nellie Melba en 1904.
Es verdad que el chef, gran amante de la ópera y fans de Nellie Melba creó un postre a base de melocotón en almíbar, helado de vainilla y mermelada de frambuesa llamado melocotón Melba.
El tercer cuento, La maleta de Benny, está creado a partir de una composición del genial clarinetista Benny Goodman y su pieza Smoothone.

El protagonista es el músico, el noveno hijo de una familia de doce hermanos que, desde pequeño, destacó tocando el clarinete, y llegó a ser uno de los músicos más famosos de su época.

La cuarta historia, Las partituras prohibidas, se apoya en el preludio núm. 1 de Das Wohlteerierye Klavier de Johann Sebastián Bach.

Está inspirada en una travesura del pequeño músico, al que su hermano mayor le prohibió interpretar ciertas piezas musicales. Se las ingenió para copiarlas e interpretarlas.
El último cuento, Pulcinella y Scarlatti se basa en el compositor Domenico Scarlatti y su obra Fuga del gatto.

El músico tenía una gata llamada Pulcinella que cierto día se paseó por encima del teclado del piano y las cuatro notas que sonaron son las que inician esa pieza musical.

En el libro aparecen dos personajes con nombres relativos a conceptos musicales: Risoluto, Resuelto y Giocoso, Juguetón, que al finalizar el cuento aclaran lo que es real y lo que es inventado de cada historia.

Es una obra simpática, agradable, que se lee con agilidad. Nos acerca al mundo de la música desde diferentes aspectos y recrea historias donde mezcla hechos reales con otros imaginados por su autor.

La ilustradora nos muestra unos dibujos de apariencia sencilla pero cargados de laboriosidad. Los trazos negros que perfilan las siluetas resaltan las láminas y sus toques de color dan alegría a los dibujos.

Los lectores disfrutarán de bonitas historias y se acercarán al mundo de la música, gracias a unos códigos QR que facilitan la audición de cada una de las piezas musicales citadas.