En Salobreña se baña Granada

Poema de Luisa Ruiz

Buscando no lejos de aquí
lo que a nosotros nos falta,
dimos con un pueblo y un castillo
a pocos metros de la playa.
En la costa granaína
su silueta nos sorprende,
es un oasis, una postal
es otro pueblo blanco y verde.
Desde lejos ya se ve
ya se siente, ya se sueña,
ya se empieza a disfrutar
lo mejor de Salobreña:
El mar, la luz, el paisaje,
el clima de su costa tropical
y su Caleta y la Guardia
bañadas por el mismo mar.
El pueblo baja vistiendo
de blanco toda la falda
desde el peñón y al castillo
mirando a Sierra Nevada.
Es un placer pasear
por sus calles empinadas
y ver la inmensidad de ese mar
del valle y de la montaña,
esa línea interminable
que dibuja el mar sereno
que se pierde en el infinito
desde el mirador del cielo.
Sentarse al caer la tarde

en silencio frente al mar
permite a todo el que lo hace

relajarse y disfrutar
y despertar cada día 
oliendo a Mediterráneo
y terminar la jornada
con un Montero en los labios.
Después de leer mis versos
ya sabréis lo que nos falta,
de sus 35 kilómetros cuadrados
6 de ellos son de playa,
y no es una playa cualquiera
es un espejo de agua
donde cada noche se reflejan
las nieves de Sierra Nevada.
Salobreña es el ‘Hammam’
donde Granada se baña.