Úbeda y Baeza

Poema de Luisa Ruiz
Cientos de miles de olivos plantados en línea recta
nos van abriendo el camino hasta Úbeda y Baeza.
Dos ciudades patrimonio entre andaluzas y manchegas,
cuna del Renacimiento  y ricas por el oro de la tierra.
Hablar de Úbeda y Baeza es hablar de arquitectura
y hablar del Renacimiento es hablar de Vandelvira.
Cuentan, que el secretario del Rey 
pensando en la eternidad,
mandó construir una capilla
para en ella descansar.
Siloé y Vandelvira trabajaron codo a codo
para cumplir los deseos 
de D. Francisco de los Cobos.
Debajo del Altar Mayor descansa desde su muerte.
Hoy ‘El Salvador’ es una joya del patrimonio ubetense.
Otro placer y otro orgullo es
descubrir a Machado por Baeza,
ser un alumno en su aula 
y disfrutar del eco de sus poemas.
Siete años en Baeza trabajó de profesor.
Siete años superando el vacío que Leonor le dejó.
Y allí sigue: absorto, en silencio
y pendiente de la vida de Baeza,
a donde llegara un día con su pluma y con su pena,
y allí están los olivares
que fueron su inspiración,
seguro que soñó con ellos
cuando de allí se marchó.
Por aquellos cerros de Úbeda
cualquiera se perdería
y llevarle, 
lo mismo que la lechuza,
un ramito verde a Santa María.
Y es que...
Es muy fácil entender
porque cada 16 de julio
sale la Virgen del Carmen
en medio del mar de olivos.
En Úbeda y en Baeza
y en la ciudad de Jaén
dejaron tal patrimonio
Machado, Vandelvira y Siloé
que si un día las visitas
seguro querrás volver.