Cien años del TBO
El 11 de marzo de 2017 se cumplirán cien años del lanzamiento de la revista TBO, la publicación que dio nombre a nuestros tebeos, así que, como homenaje al primero de nuestros tebeos patrios, escribiremos diversas columnas sobre el tema a lo largo del año.
El primer número de la publicación nació en el taller de litografía de Arturo Suárez, en Barcelona. Su bautizo como TBO se debe a la idea del administrativo del taller litográfico, Joaquín Arqués, que, de formación periodística, actor aficionado, y escritor de numerosas piezas teatrales, sugirió la cabecera de la publicación, copiandola de una revista lírica de 1909, de nombre T.B.O., firmada por Eduardo Montesinos y Ángel Torres del Álamo, estrenada en el Coliseo del Noviciado, el 29 de abril de 1909, justo ocho años antes de la aparición del famoso TBO de 1917.
TBO nació, probablemente, como una alternativa a la precariedad económica del momento, que pretendía rentabilizar o mantener en funcionamiento el taller litográfico que tenia un dudoso futuro editorial. De hecho, los comienzos de la nueva revista no fueron muy alentadores, pero a partir del número 9 se hace cargo de su publicación Joaquín Buidas Garriga que cambiará su formato a partir del número 10. El tamaño de 24x17 cm. es aumentado a 27x21,5 cm. Hasta ese momento, la revista no difería mucho de los planteamientos de otras revistas infantiles del momento como En Patufet, pero Buigas retoma el estilo de Dominguín, revista de vida efímera (20 números) que se publicó por primera vez en 1915. TBO modifica el planteamiento de los primeros números con el chiste gráfico y el texto con ilustraciones, y da prioridad a la historieta gráfica de viñetas que ya aparece en la portada desde el número 10. Buigas mantiene, con buen criterio, el título único y breve de la publicación, poco frecuente en este tipo de revistas, y va ampliando la cobertura de sus lectores superando al público infantil y juvenil para llegar a un público general y familiar.
Con gran visión de futuro mantiene el precio de los ejemplares al mínimo, con lo que consigue aumentar su difusión y mantener además un público fiel y permanente. Adapta, modifica y amplía la variedad de sus contenidos y consigue alcanzar tiradas espectaculares para la época. De 39.000 ejemplares de los primeros años a 220.000 en 1935. Colaboran con Joaquín Buigas en su primera etapa, Josep Donaz (el primer dibujante de TBO), Manuel Urda Marín (1888-1974), Ricardo Opisso Sala (1880-1966), Modesto Méndez Álvarez, Valentí Castanys i Borràs (1898-1965), Juan Martínez Buendía ‘Tínez’ (1893-1957), Juan Macías ‘Nit’.
A lo largo de décadas, la cabecera de la publicación se mantuvo inmaculada; por contra, fueron varios los empresarios que desarrollaron su labor a lo largo de casi un siglo, Primera etapa, 1917-1938. Finalizada la contienda, en 1939, llega la segunda etapa, creándose la editorial Buigas, Estivill y Viña, entre 1941-1952. La tercera etapa abarca desde 1952 a 1972, reiniciando, como novedad, la numeración de la revista. Esta etapa se prolongaría hasta el 8 de diciembre de 1972, cuando llegó a alcanzar los 789 números ordinarios. La cuarta etapa nos trae TBO 2000, 1972-1983. Quinta etapa, editada al alimón por Editorial Complot y la ya agonizante Bruguera, 1986. La sexta y última etapa fue la de Ediciones B, heredera de Bruguera, entre 1988-1998. Tras el hundimiento de la editorial catalana, los derechos sobre TBO y sus personajes pasarán a ser propiedad de Ediciones B, hasta su desaparición.