Reme Galán, el deber cumplido
Se nos ha ido a mejor vida… la de la jubilación. La palabra jubilación viene de júbilo, porque a pesar de que el trabajo, como suele decirse, sea salud y procure dignidad al ser humano o por mucho que podamos realizarnos con él y en él, lo cierto es que “es una lata el trabajar… todos los días te tienes que levantar…”.
En todo caso, llega un momento en la vida en el que las personas, laboralmente, han dado todo lo que estaba en sus manos. Han dado y han dado de sí… y llega la hora de recoger los bártulos y marchar a la casa, a disfrutar del tiempo. Cuando se trabaja, se puede disfrutar y disponer de muchas cosas: sustento, posición…, de mucho, menos de tiempo. Porque el tiempo propio es el bien del que más se apropian los demás. Tiempo, para aprovecharlo o para malgastarlo, pero tiempo nuestro, de nuestra propiedad; no el tiempo en el que los otros, los jefes, los encargados, los compañeros, meten sus sucias manos. Tiempo impoluto y virginal, tiempo de nadie más, solo nuestro. Ha llegado el tiempo de Reme Galán. Tiempo en propiedad exclusiva de su persona.
La sempiterna funcionaria del Ayuntamiento de Vélez-Málaga ha llegado a la Ítaca de la jubilación. Ha sido una larga y ardua travesía, pero en esa travesía ha cumplido, con creces, con su deber. Y es que no siempre los que deben, cumplen… Así que valgan estas apresuradas palabras para agradecerle a Reme Galán su dedicación y su entrega como longeva funcionaria del Ayuntamiento. Realizó muchas funciones, pero siempre se la recordará como “Reme, la de Cultura”.
Tuve el honor de coincidir durante un tiempo con ella. Y allí, in situ, en las cocinas de la cultura de Vélez, pude percatarme de que tenía como compañera a una mujer fuerte, resistente y… algo testaruda, pero sobre todo, pude comprobar, día tras día, que me encontraba ante una funcionaria trabajadora y responsable. Sé que es un poco triste tener que describir a un funcionario basándose en características que tienen que ser inherentes a su cargo, pero, lamentablemente, el mundo funcionarial, muchas veces, no responde a las características del trabajo y la responsabilidad, máxime en un Ayuntamiento como el de Vélez en el que, con honrosas excepciones, los cargos les han caído a algunos funcionarios como llovidos del cielo.
No descubro nada nuevo si digo que en Vélez-Málaga algunos funcionarios, por mor de la manera a la que han llegado a sus puestos, han estado altamente politizados e ideologizados y que, en algunas ocasiones, han ejercido sus funciones atendiendo más a sus inclinaciones partidistas que al interés general. Pues bien, Reme Galán ha sido un ejemplo, visible y continuo, de lo contrario. Con la misma entrega y neutralidad ha trabajado con todos los partidos políticos y con todos los alcaldes. Para ejercer sus funciones jamás ha mirado el color político de sus superiores y ha trabajado de la misma manera con unos, con otros y con los de en medio. Reme Galán ha hecho gala de un insuperable espíritu democrático en su quehacer. Y es muy posible que ese espíritu y ese afán de neutralidad, esa querencia por no casarse con nadie le haya perjudicado en su carrera.
Pues eso, el orgullo del deber cumplido. Y ahora, a ver la función desde el patio de butacas.
Feliz jubilación.