Hay sombras que nos cobijan. También está la sombra que camina siempre junto a nosotros, para recordarnos a la otra sombra que se ocultó en el interior de nuestro ser.
Con este cuarteto de columnas de La Villa termino mis notas apresuradas sobre un proyecto que bien podría haber titulado ‘Por la dinamización de un amurallado espacio para la creatividad abierta y cosmopolita en todos los órdenes del vivir’: arte, cultura, urbanismo...
El recientemente inaugurado MVVEL -Museo de la Ciudad- está ubicado en uno de los edificios históricos más antiguos de nuestra Vélez-Málaga. Medio milenio de historia se esconden entre sus muros. Y es que, mandado construir por los Reyes Católicos, fue Hospital Real de San Marcos, Hospital de San Juan de Dios, convento de la Orden de las Mercedarias de la Caridad, residencia municipal de ancianos, etc.
Durante algún tiempo frecuenté su encanto, la placidez de un lugar emblemático de la ciudad luminosa que vio crecer mis trenzas en esos primeros años donde todo está por llegar, donde el vértigo te envuelve, donde soñar es lo importante, lo primero. Lo único.
Si las dos columnas anteriores hubiesen levantado alguna expectación en los lectores, sobre los beneficios de un hipotético desarrollo cultural y turístico de La Villa -en tanto que motor urbano capaz de impulsar, al compás del suyo propio, el renacimiento del Centro Histórico de Vélez-Málaga-, hora sería para que los veleños más ilusionados nos fuésemos acercando para debatirlo y enriquecerlo. Sobremanera, para la ‘familiarización’ con sus potencialidades, a fin de que emprendedores, creadores e instituciones se vayan bien predisponiendo para su mejor protagonismo e intercolaboración.
Editorial de NOTICIAS 24 sobre la Cueva de Nerja, su importancia y el trabajo que se desarrolla en ella.
La urbanización Laguna Beach, de El Morche, ha adquirido un desfibrilador para atender cualquier emergencia tanto en el entorno de la urbanización, como en el propio municipio de Torrox.
Hay soledad y soledades. La soledad que es un estado de estar con uno mismo, como el poeta onubense Juan Ramón Jiménez nos expresa: “Somos como testigos, como oyentes de nosotros mismos, y cuando más solos estamos, más intensamente nos comprendemos. La idea se densifica a fuerza de silencio y de éxtasis y, líricamente, el ámbito de su palabra y su canto, que reflejan y son, metafóricamente, una soledad sonora”.