Mirando a Europa
En la actualidad, mirarnos en ese espejo que conforma la Unión Europea y ser ciudadanos de pleno derecho, es para sentirnos orgullosos.
Las razones que las motivan son muchas; de ello quiero reflexionar después de leer sobre la identidad europea. Trabajo realizado por el historiador búlgaro Tzvetan Todorov en su libro El miedo a los bárbaros.
Su vocación cosmopolita, cuya identidad consiste en aceptar la pluralidad de los países que forman la Unión Europea, y donde se da un marco de convivencia: obedecer una norma común; aceptar las diferencias de sus miembros; crear un estatus legal provistos de derechos y deberes en igualdad de condiciones. Todos los Estados europeos asumen dicha política de convivencia, y esta ampliación permite una mayor justicia, pero ninguno renuncia a la suya.
El pluralismo impide la hegemonía y que algún país ejerza la tiranía sobre los demás. Su punto de partida es la paz entre los países miembros. Por ello, es motivo de satisfacción haber aprendido de ese pasado negativo de Europa, y disfrutar de un presente de convivencia constructiva con alentadoras miras a futuros horizontes.
El autor menciona el tema de la OTAN, y nos dice: “Los países europeos han renunciado en su mayoría a garantizar su propia defensa y han preferido refugiarse al amparo de la OTAN. En determinados momentos han tenido reticencias a seguir la política exterior de Estados Unidos. Pero, como son incapaces de asumir sus propias opciones, han tenido que alienarse, incluso a regañadientes. Acepar que la OTAN dejara de ser una fuerza destinada a garantizar la seguridad en Europa, y se convirtiera en un ejército que defiende los intereses de Occidente en todo el mundo, como sucede y ha sucedido en Afganistán. Por lo tanto, la actitud de Estados Unidos al elegir sus enemigos no coincide con la política pluralista de la Unión Europea. Por lo que la hegemonía que impone Estados Unidos debería atemperarse y aceptar la pluralidad del mundo. Pero no es así, lo que pretende siempre es la dominación; imponiendo sus intereses políticos y económicos”. Ante tales circunstancias, nos queda preguntarnos si debería la Unión Europea plantearse disponer de su propio ejército.
La identidad europea se fundamenta en su pluralidad interna, esto nos lleva a la conclusión de que no hay límites para sus fronteras. Razón para que cualquier país, si acepta ese modelo plural de convivencia, no se sienta extranjero ni enemigo. La Unión Europea sería el germen de una nueva ‘Sociedad de Naciones’ destinada a absorber todos los países de la ‘Tierra’. Pensamos que ya está la ONU, pero a diferencia que estarían unidos en lo económico y en lo político.
Hay que preguntarse si tal visión es utópica. Una identidad política tiene fronteras, es decir necesita diferenciar entre los que son ciudadanos y los que no son. Pero desde una concepción humanista que acepte la pluralidad y actúe universalmente, sí, sería posible no poner límites a las fronteras.