Francisco Montoro
Francisco Montoro
Opinión

La Madre Petra

El recientemente inaugurado MVVEL -Museo de la Ciudad- está ubicado en uno de los edificios históricos más antiguos de nuestra Vélez-Málaga. Medio milenio de historia se esconden entre sus muros. Y es que, mandado construir por los Reyes Católicos, fue Hospital Real de San Marcos, Hospital de San Juan de Dios, convento de la Orden de las Mercedarias de la Caridad, residencia municipal de ancianos, etc.

Opinión

Mirada de escritor

Carl Sagan decía que “qué cosa más sorprendente es un libro. Es un objeto plano, hecho de un árbol, con partes flexibles en las que están impresos montones de curiosos garabatos. Pero, cuando se empieza a leer, se entra en la mente de otra persona; tal vez de alguien que ha muerto hace miles de años. A través del tiempo, un autor habla clara y silenciosamente dirigiéndose a nosotros y entrando en nuestra mente. La escritura es, tal vez, el más grande de los inventos humanos. Une a personas que no se conocen entre sí. Personajes de libros de épocas lejanas rompen la cadena del tiempo. Un libro es la prueba de que los hombres son capaces de hacer que la magia funcione”.

Opinión

El tren hacia Nerja

La inauguración del tren suburbano de Má­laga a Vélez-Málaga se produjo en 1908. Y es bien sabido que existía el pro­yecto de, a través de Ventas de Zafarraya, continuarlo hasta Granada. Pero resulta me­nos conocido que la empresa ad­ju­di­cataria proyectaba, también, crecer hacia Almería.

Opinión

La imprenta en Vélez-Málaga

Hace muchos años, la Obra Cultural de la Caja de Ahorros Provincial de Málaga publicaba una hermosísima obra de investigación del ilustre sacerdote agustino, el P. Andrés Llordén, con el apoyo del Con­sejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC),  titulada La Imprenta en Málaga. (Ensayo para una tipobibliografía mala­gueña). Dado que, por aquel entonces, nosotros, además de empleado de la Caja de Málaga, éramos estudiante de Historia, tuvimos la suerte de ser obsequiado con un ejemplar de la interesantísima obra, en dos tomos, e impreso en los Talleres Gráficos Urania, calle Mosquera 9, que, en esta ocasión, nos sirve de guía y principal fuente de información.

Opinión

El Domingo de Ramos más desgraciado

Vélez-Málaga está vinculada al Domingo de Ramos más desgraciado de la Historia de España. Fue la del año 1886. Y es que un sacerdote veleño, llamado Cayetano Galeote Cotilla, mata a su obispo, en Madrid, a las puertas de la catedral, en los inicios de la procesión de las palmas y olivas. Un crimen inesperado, de tremenda repercusión mediática y con consecuencias políticas, judiciales, médicas...

Opinión

Mirada de historiador

El objetivo de la historia no es el conocimiento del pasado. Al menos, ese no es, según cree­mos, su fin último. Y ello a pesar de que lo considere así la generalidad o la mayoría de los humanos. La Historia realmente pretende conocer el presente, incluso, tratar de intuir algo de cómo va a ser el futuro. Y para ello utiliza el conocimiento del pasado.

Opinión

Esculturas en las calles

Hace unos años quedé sor­prendido de la cantidad de es­culturas que adornaban las ca­lles de la ciudad de Huelva. Me impactó. Me pareció her­mo­so, educativo para la ciu­da­da­nía, un disfrute para la sen­sibilidad y, por tanto, una idea a imitar. Afor­tu­na­da­men­te, en las últimas décadas, en Vé­lez-Málaga, el número de es­cul­turas que lucen en el mu­ni­cipio ha crecido notablemente. 

Opinión

Mirada de artista

Cada uno es artista por algo, para algo, en algo o de algo. El arte es el mediador de lo inexpresable y todos te­ne­mos, a veces, cosas que no podemos manifestar con los lenguajes habituales, sin­tiéndonos obligados a uti­lizar una manera diferente a lo conocido para expre­sarnos. Eso es lo que llamamos ‘arte’.

Opinión

La ermita del Patrón

(Publicado en Sur el 9 de marzo de1982)

Desde que el ataque atroz de la in­cultura, casada como otras ve­ces con la fría especulación, hi­ciera, hace apenas un mes, ro­dar por los suelos y saltar por los aires las nobles piedras del edificio carmelitano veleño, Vélez-Málaga vive un luctuoso trance de dolor, luto, lamentos y confusión. ‘El Carmen’ ha muer­to, y algo de todos los ve­le­ños ha muerto también. ‘San Jo­sé de la Soledad’ era un sím­bo­lo. Se destrozó la Puerta Real -úni­ca de las cuatro de la ciu­dad medieval que per­ma­necía en pie- y se le llamó “error que no se repetiría”. Se des­tro­zó el patio de armas de la For­ta­le­za veleña -doce siglos de his­toria do­lorida- y se le llamó “qué le va­mos a hacer”. Ha caí­do sin dig­nidad el Convento del Car­men -corazón urbano de la ciu­dad nueva- y se le ha lla­mado “si­lencio administrativo”, “con­senso de cuatro de los cin­co partidos” en el actual ayun­ta­miento, “intervención qui­­­rúr­gica necesaria”, etc., etc. ¡Qué facilidad tenemos en este Vélez de nuestros amores para ponerles nombres a las ignominias!

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Extraña vida

Qué extraña es la vida. La mayor parte de ella la pasamos sintiéndonos  espectadores de la misma, observadores de lo que pasa a nuestro alrededor, admiradores de las novedades que ocurren…; cuando, real­mente, lo que somos, lo que realmente somos, resulta escasamente protagonista del acontecer que nos envuelve. Y es que, en este trajín imparable que mantenemos, olvidamos, a veces, las cosas realmente importantes, las que especialmente son valiosas, por las que vale la pena vivir, por las que tiene sentido ser y estar. La relación de estas cosas sería fácil de consensuar entre todos: salud, familia, amor, amigos, ilusiones… 

Opinión

El trenecito de Larios

Sabemos que el tren sub­ur­ba­no llegó por primera vez a To­rre del Mar en enero de 1908. Un par de años más tarde, cuando corría el de 1910, la Sociedad Azucarera Larios solicitó al Ayuntamiento de Vélez-Málaga el uso de suelo público para la construcción de una pequeña vía de 600 metros de extensión, con la finalidad de instalar un pe­queño tren que pretendía uti­lizar como servicio de apoyo de la fábrica de azúcar de Torre del Mar. Su finalidad era trasladar el azúcar importado en crudo desde Cuba, que llegaba en sacos a la estación de los suburbanos a Torre del Mar, y se trasladaba hasta los almacenes de la fábrica. Dicho azúcar crudo cubano, se refinaba más tarde, fuera de la época de la zafra.