Opiniones

Españolía

Columna de Antonio Jiménez

A Hernando León (Chile) 
y Jair Orozco (Colombia), dedico.

Ciertamente, Julián Juderías, con su obra La leyenda negra de 1914 & 1917, fue el primer gran divulgador del sambenito urdido sobre España y su Imperio —La Hispanidad— a todo lo largo de los cuatro siglos que estuvo vigente. Ese conjunto de propaganda anti-española que la Europa protestante nos cocinó a partir del siglo XVI, hasta nuestros días. Un imperial atropello que, si bien el estudio nunca lo perdió de vista (Maeztu y su canto a la Hispanidad, Elliott, Huhg Thomas, Payne...), a los españolitos de ayer nos llegaba por la vía parlanchina, y con sorna.   

Pero ha tenido que ser una axarqueña, de El Borge (Málaga), María El­vi­ra Roca Barea, con su Imperiofobia (+ lo que venga), la que haya puesto patas arriba, ¡por fin!, la edición de libros dedicada a reventar toda la centenaria salmodia negrolegendaria de la Europa del comercio contra la nación que ha sido y sigue siendo (ateo dixit) la adalid de la catolicidad en el occidente cristiano (España e Hispa­noamérica), que impertérrita marcha hacia el asalto tranquilo de la paradigmática razón humanista.  

Así las cosas, ¿quién me puede ne­gar que en un futuro próximo, María Elvira no haya de enfrentarse a ‘la enormidad’ de tener que liderar la re­visión de la historia de Europa, a la luz de la verdad (sic) de la historia de España y su Imperio? Máxime, estando sustentada por la potencia intelectual del materialismo filosófico de Gustavo Bueno, y la incesante proliferación de sus jóvenes cachorros.   

Una España que (¡últimas noticias!) aquí sigue después de cinco siglos, a pesar de sus “depredadores” nacionalismos, como ‘el país más saludable del mundo’...