Me está llegando el otoño
y mi corazón lo sabe,
es la estación más bonita
para disfrutar del arte,
del sabor del reencuentro,
del calor de mis paisanos,
de ese nudo en la garganta
solo roto,
por las notas de un piano.
Es bonito vivir eso
pa’ los que vamos soñando
por los caminos del verso
con un libro entre las manos.
Una sorpresa tras otra
ante un público entregado
y un querer decirlo todo
con solamente un abrazo.
He comprobado otra vez
lo afortunada que soy
lo que la gente me quiere
con lo poco que les doy.
Desde este mi corazón
que se niega ser poeta
pero que disfruta siempre
de ser profeta en su tierra,
Tuve que contener la emoción
oyendo tanta alabanza
salidas del corazón
y grabadas en mi alma…
Y lo quise agradecer
a ritmo de colombianas
en la voz de un buen amigo
y solo con una guitarra.
Hoy quiero decir tantas cosas
y no me salen las palabras.