La tormenta eterna
La Axarquía, cada cierto tiempo a lo largo de los siglos, sufre el azote de la naturaleza, sea en forma de terremotos, sequías, plagas, tormentas, etc. Parece darse la paradoja de que cuantos más fenómenos atmosféricos adversos sufrimos, más pronto se olvidan, con lo que a la siguiente sacudida más o menos fuerte, ya nadie recuerda los daños que causó la anterior.
Lo que ha ocurrido con la crecida de los ríos siempre, ha vuelto a suceder ahora de nuevo. Los ríos recuperan inexorablemente un terreno que históricamente les pertenece, sólo que es algo que se ignora y se construye arrebatando cada vez más terrenos a esos ríos, aparte de no limpiarlos, hasta que vuelve a suceder lo que siempre sucede. ¿Veremos planes, proyectos, actitudes para evitar esos desastres ahora que tenemos la tecnología y los fondos Next Generation u otros, o seguiremos ignorando las peculiaridades de nuestra tierra hasta el siguiente desastre? Podemos seguir construyendo aeródromos o, incluso, pueblos o urbanizaciones encima de los ríos, podemos crear comités de expertos y esperar que gente ayude desinteresadamente, pero si no se actúa sobre el problema, el problema volverá.