Opiniones

Posverdad

Columna de Antonio Jiménez

Tras las tres fracasadas intentonas históricas de proclamar el ‘Estado catalán’ (1873, I República; 1931 y 1934, II República), hoy, jueves 5, vivimos a la espera del cuarto intento, previsto en la Ley de Tran­sito­riedad aprobada contra la Cons­titución durante la noche del pasado 6 de septiembre en el parlament catalán.

Desgraciada noche, en la que se perpetraba todo un ‘Golpe de Estado’ para partir España, secundado por la callejera insurrección (+ la complicidad de los mossos) agitada desde el govern. Que, a 48 horas del referéndum independentista, el diario El País ‘retrataba’ con toda crudeza a toda plana: “La Gene­ralitat lanza a la población contra el Estado”. Titular de portada que ponía los pelos de punta de los 50 millones de españoles, ante la tragedia que presagiaba el golpista domingo ‘1-O’. Aunque, ¡oh milagro!, todo se saldaba con cuatro hospitalizados no graves. 

Un incruento ‘choque de trenes’ (Estado & Sedición) que, en esta era de la posverdad (‘verdad-emocional-manipulable’), graciosamente le brindaba a la sublevación el aplauso de las portadas de la prensa internacional. Ello, en el primer instante, el de las imágenes y los twits; en el segundo, el de la reflexión y el análisis, la farsa mediática se desinfla... 

Pero el acoso de la rebelión contra las fuerzas del Estado y los catalanes constitucionalistas, continúa en esta ‘semana trágica catalana 2’. Montados en tamaña bomba de relojería (ya tiene fecha: lunes 9), ¿alguien sensato piensa que España pueda negociar su partición con los sublevados? Algunos políticos, parece que sí. 

¡Calma!: A la vista de los caóticos efectos colaterales del Golpe, él solito caerá. Vale.