Cambiar a Cervantes

Vélez-Málaga es una ciudad afortunada por muchas cosas. Una de ellas, por la cita colosal que Miguel de Cervantes le dedicó en El Quijote, libro culmen de la literatura española, y uno de los del pelotón de cabeza de la literatura mundial de todos los tiempos.

Que una figura como Cervantes, y en un libro como El Quijote, dé gracias al Dios por llegar a pisar la tierra veleña, es un reclamo de primerísimo orden para turistas, comarcanos, estudiosos, estudiantes, investigadores, curiosos, viajeros, etc., etc. Sin duda un don del Cielo para nuestra ciudad. 

No es posible que haya un veleño que no conozca la proverbial frase de la que hablamos, al igual que no existe una familia veleña sin un cofrade. Y es que Cervantes y Vélez-Málaga es una dupla que tenemos grabada en nuestro ADN, de tal modo que resulta poco comprensible que sea una calle pequeña, bocacalle de la calle Cristo, la que lleve en nuestra ciudad el nombre del ilustre escritor-genio universal de todos los tiempos, que tanto bien ha hecho a la capital de la Axarquía.

El ayuntamiento, comprando la Casa Cervantes para recordar su estancia en nuestra tierra, pensó que ya había cumplido con el tema, y que quedaba todo resuelto.

Parte de ese ‘descuido’ veleño hacia el universal autor, ha quedado resuelto en parte por algunas acciones individuales como los estudios y publicaciones del veleño Antonio Jiménez González, con la edición de El capitán cautivo y sus conferencias y artículos en prensa; así como por la escultura de Miguel de Cervantes, de Pepe Casamayor, instalada a las puertas del Palacio de Beniel, y, sobre todo, con la intervención municipal de crear la Sala Cervantes en la Casa Cervantes.

Existe una corriente de opinión de que la escultura de Cervantes, instalada en la Plaza de Palacio -hoy Plaza Antonio Garrido Moraga- debiera estar en la plaza que existe ante la Casa Cervantes. No se puede considerar un error el haber puesto ante el Palacio de Beniel -el edificio civil más valioso de la ciudad- la extraordinaria escultura de Miguel de Cervantes, obra de nuestro admirado artista, escultor de primer orden, Pepe Casamayor. En ello, el ayuntamiento se apuntó un tanto, dado que el palacio, además de sede de la Fundación María Zambrano, y haberlo sido de la Universidad Internacional de la Axarquía, es en la actualidad -y ya lo fue en otra etapa- sede del Centro de Profesorado de la Axarquía, y, por tanto, ligado, de todas todas, a la CULTURA en el más amplio sentido de la palabra.

Pero es verdad que, por coherencia histórica, debiera estar ubicada la escultura ante la Casa Cervantes, en los escalones de la fuente que hay ante ella. Daría una imagen perfecta, y, como dice María, la señorita guía de la Casa Cervantes, evitaría despistes ante los visitantes que llegan a la ciudad y se confunden porque la Casa Cervantes no es la que tiene a Cervantes en la puerta.

En cualquier caso, si Cervantes estuvo en Vélez-Málaga, en la calle de la Cilla, la nueva ubicación para la escultura sería la perfecta, a las puertas de esta calle.
Todo lo que suponga renovar, reponer, insistir, remarcar… la figura de Cervantes en Vélez-Málaga es muy positivo. Y el cambio de lugar de la escultura tendría todo el sentido. No es probable que haya oposición al cambio, y sí sentido y coherencia.

Todo el mundo vio bien cuando en el pavimento de calles San Francisco y Poeta Joaquín Lobato se escribió en gigante la frase famosa de “¡Demos gracias a Dios, señores, que a tan buena parte nos ha conducido, porque, si yo no me engaño, la tierra que pisamos es la de Vélez-Málaga¡”.

Ojala, algún día, los veleños -como Cervantes- demos gracias al Cielo por habernos conducido en la Historia hasta esta ciudad afortunada.