Pepe Ríos

Columna de Salvador Gutiérrez

Seamos hoy localistas (y universales):

Sin pena ni gloria ha pasado por los mentideros analógicos y digitales de la comarca, la muerte, hace unos meses, de Pepe Ríos. Quien fuera concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Vélez se destacó por pintar de colores y música de verdial, a través de su escritura, a los pueblos y a los paisajes de la Axarquía. Los que lo conocimos sabíamos de su profunda y misteriosa vocación por la escritura. 

Desde la orilla del autodidactismo y sin ser demasiado fecundo en su expresión escrita, Pepe demostró, con riqueza, el gusto por juntar palabras. Con los pies fuertemente asentados en lo rural, en el campo y en la tierra, a través de sus artículos (de esto tendría mucho que decir nuestro amigo Antonio Jiménez) dejó, para que paladeáramos, auténtica melaza musical: prosa que sabía a solfeo y a ritmo; prosa poética que elevaba los objetos más cotidianos y humildes del campo a categoría de esculturas. Sus descripciones eran altamente sensoriales: para Pepe Ríos, el mundo exterior (el agro axárquico) existía de forma objetiva y material y se sentía en la obligación de contarlo de una manera definida, voluptuosa y casi pictórica. Quizá su prosa tuviera algo de modernista, al estilo de Salvador Rueda: vibrante, descriptiva, colorista y, sobre todo, musical. (Desde aquí, una vez más, reivindico la música en la poesía y en la prosa; y, una vez más, reivindico -clamando casi en el desierto- la figura de Salvador Rueda, lamentablemente eclipsada en su pueblo por la potencia de sus otros convecinos: los Gálvez).

Los artículos de Pepe Ríos ayudaron vistosamente a hacer comarca. Pero también -como la buena literatura- a idear e idealizar una tierra que ya no existía-. Pepe contó la Axarquía rural y preindustrial; unas costumbres de antaño, con unos paisajes, unos hombres y unos valores que habían desaparecido hacía ya muchos años. 

¿Era Pepe Ríos consciente de que estaba haciendo costumbrismo o, en realidad, estaba reivindicando un ideal? En todo caso, creo que Pepe Ríos, con el que viajamos por la Axarquía sin salirnos de las veinticinco líneas de un artículo, se merecería que sus artículos y prosas pudieran ser recopilados para formar parte de algún libro. A nuestro generoso editor Paco Montoro abogo para ello…

Escribió poco, pero pocos como él supieron trasladar el poder evocador de ciertas palabras: lomas, vides, alquerías, riscos, atalayas… al fin y al cabo palabras que conforman los glóbulos rojos y blancos de nuestra sangre, la de los hombres nacidos en el oriente malagueño.

Descanse en paz.