Opiniones

Sobre el 10-N catalán

Columna de Antonio Jiménez

El meollo intencional de esta columna es el de que, tratándose de nacionalismos periféricos, Pedro Sánchez ha perdido la confianza de España. Máxime, ante las elecciones del 10 de noviembre y con la que está cayendo en Cataluña: entre las marrullerías separatistas de Torra & Puig­demont, el inminente fallo del Supremo sobre los golpistas presos, la vía  terrorista de los CDR (Comités de Defensa de la República), y el cínico pasotismo dialogante del Gobierno. ¡Menudo paquete!

Todo un peligro exponencial. Por lo que, aquel que ha montado tal guirigay debería ser, necesariamente, el elegido para resolverlo. Y es que ni con lo de Franco se arregla esto. No me caben dudas de que quien duerme en la Moncloa gracias a sus colegas nacionalistas y los residuales del izquierdismo, es al que le debe caer la china de sacarnos las castañas del fuego. Pues suerte y al toro, don Pedro. 

No quiero imaginar una derecha a la que le toque, en el 10-N, el mandato de volver a meter en la cárcel a la nueva promoción de líderes golpistas, como con tanto descaro anticonstitucional piden a gritos.  Por la Historia, sabemos cómo se las gasta ese conglomerado separatista-izquierdista catalán cuando su enemigo es la derecha (como en el 34): incendiando las calles con la demagogia antifascista. Y, ahora, con el refuerzo terrorista de los CDR.    

Con semejante situación en Cataluña (y la papanata Europa de testigo), de verdad me creo que solo acaba un Sánchez cabreado; siempre que el PSOE se mantenga fiel a su cuarta sigla. Porque lo del indulto del Pedro, no quiero ni pensarlo.    

Y aquí no hay ironía: la derecha cumplió su papel con los golpistas del 27-10-2017, ahora le toca a la izquierda. ¡A ver cómo se las apaña! Por mí, que tenga suerte.